Nos reunimos con Paulina Escutia, quien ha sido un gran apoyo para la realización del Festival y del Concurso de Caricatura dentro del mismo, nos presentaron a Eleazar un voluntario, políglota y muy agradable para que fuese nuestro interprete a la hora de reunirnos con los conferencistas.
Por fin armado el súper equipo de dibujantes y traductor solo quedaba entrar en acción, lo cual sucedió inmediatamente, entramos a la reservada área de seguridad, en donde estaba la sala vip para reunirnos con los primeros conferencistas a quienes se les comentó la razón de nuestra presencia. Muchos de ellos jamás han sido caricaturizados por ser científicos, investigadores y tienden a ser más formales. Sin embargo el hecho de dibujarlos les llamó la atención a la mayoría y los lápices empezaron a moverse.
El tiempo era muy corto para esta labor y las ganas de convivir con muchos de ellos también fue un ingrediente muy enriquecedor.
Así fue la primera, la segunda y la tercer intervención; fotos, anécdotas como el caso del maestro Michu Kaku quien posaba respetuosamente ante los dibujantes, aunque le comentaron que podía charlar mientras lo dibujábamos, él disciplinadamente posaba para los caricaturistas. El caso de Stephenson fue especialmente encantador, pues debido a su discapacidad algunos colegas temían caricaturizarlo, sin embargo él como niño chiquito alzaba la mano diciendo que quería su caricatura, lo cual fue grandioso.
No faltaron las mujeres hermosas en muchos sentidos, conferencistas y acompañantes del Festival que desfilaron por la pasarela de modelos a dibujar y mis colegas varones se sacrificaron ante tales peticiones.
Como en cualquier organización se escribirían muchas mas anécdotas en torno a las actividades de los caricaturistas y el Festival de la Ciudad de la Ideas que siempre es una gran experiencia.
El tiempo era muy corto para esta labor y las ganas de convivir con muchos de ellos también fue un ingrediente muy enriquecedor.
Así fue la primera, la segunda y la tercer intervención; fotos, anécdotas como el caso del maestro Michu Kaku quien posaba respetuosamente ante los dibujantes, aunque le comentaron que podía charlar mientras lo dibujábamos, él disciplinadamente posaba para los caricaturistas. El caso de Stephenson fue especialmente encantador, pues debido a su discapacidad algunos colegas temían caricaturizarlo, sin embargo él como niño chiquito alzaba la mano diciendo que quería su caricatura, lo cual fue grandioso.
Como en cualquier organización se escribirían muchas mas anécdotas en torno a las actividades de los caricaturistas y el Festival de la Ciudad de la Ideas que siempre es una gran experiencia.
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